Lenguaje corporal, gestual (Kinésica). La comunicación no verbal

A pesar de utilizar el lenguaje verbal para transmitir nuestras ideas y emociones, el 60-70% de la comunicación total es desvelada por nuestro propio cuerpo. 

Es prácticamente imposible abordar toda la cantidad de estímulos que nos llegan, procesarlos y darles una respuesta. La mayoría de ellos son dominados por el inconsciente, dando respuestas que no alcanzamos a dirigir y que, en el proceso comunicativo, expresan multitud de emociones y pensamientos. Constantemente, el cuerpo humano está sometido a reflejos y movimientos involuntarios que en algunos casos son comunes a todas las personas - como por ejemplo fruncir el ceño cuando expresamos disgusto - y en otros casos son respuestas involuntarias adquiridas a través de una determinada cultura y experiencias.

La Kinésica es la ciencia que se encarga de estudiar el significado de diversos movimientos involuntarios producidos en el cuerpo. Este lenguaje corporal es analizado desde el ámbito psicológico y sociológico, dando respuesta a los diferentes gestos que proceden de lo innato en el ser humano y, por otro lado, los adquiridos a través de la cultura en las distintas sociedades del mundo. 

La conciencia, como anteriormente hemos señalado, no puede tratar toda la información que produce nuestro entorno y en nuestro interior, por lo que es imposible mentir u ocultar con palabras lo que nuestro cuerpo expresa involuntariamente. Las técnicas para dominar el lenguaje corporal pueden ser modificadas a través de la adquisición de automatismos - respuestas involuntarias que hemos creado, como conducir, vestirnos o al realizar deporte, entre otros - pero es imposible establecer el control de forma consciente cuando nos llega una cantidad de estímulos que resulta inviable procesar si no es con la ayuda del inconsciente.

Veamos cómo se comporta nuestro cuerpo y la información que revela. Evidentemente la información aislada que pueda manifestarse en alguna parte del cuerpo no es suficiente para realizar conclusiones.

Las manos:

Adoptar una posición de palmas hacia arriba invita a la confianza, supone honestidad, verdad y la voluntad de empatizar con nuestro interlocutor. Sin embargo, posicionar las palmas de la mano hacia abajo es un indicador de autoridad y deseo de dominio. En cuanto al apretón de manos, colocar la mano chocada hacia abajo denota introversión y sumisión, mientras que colocarla por encima da muestras de seguridad y dominio de la situación. El respeto y la igualdad entre las dos personas se dará cuanto más vertical sea la posición del apretón de manos.

Los brazos:

- Cerrar las manos en un puño denota tensión y agresividad.

- Frotarse las manos manifiesta expectativas positivas hacia lo que nos comunican.

- Llevarse las manos al rostro en sus diferentes formas (como morderse las uñas, frotarse los ojos o taparse la boca), esconden inseguridad y respuestas involuntarias que son resultado de la mentira y el ocultamiento. A menudo son gestos que incorporamos en nuestra infancia y se muestran en la edad adulta de una manera más sutil, como en vez de taparnos la boca en su totalidad tocarnos sólo la parte inferior.

- Tocarse la barbilla supone duda y reflexión. La información que estamos asimilando está encontrando un sentido con respecto a lo que ya conocemos, por lo que se deduce que el individuo está a punto de tomar una decisión.

- Guardar las manos en los bolsillos con los pulgares hacia afuera manifiesta una actitud de contención, seguridad y en algunos casos superioridad. A menudo suele acompañarse de un balanceo sobre los pies que refleja la voluntad de la persona por conseguir mayor estatura.

- La arrogancia puede verse reflejada si el sujeto tiene las manos cogidas detrás de la espalda.

- Sentados, llevarse las manos detrás de la cabeza representa seguridad y confianza. En este tipo de posturas, el pecho queda al descubierto, reflejando la tranquilidad y el control sobre la situación.

- Situar las manos en las caderas al estar de pie es un indicador de acción y predisposición; es una postura combativa.

- Cruzar los brazos es un gesto muy frecuente que simboliza la voluntad de poner una barrera y protegerse ante los demás. Puede también ser indicador de superioridad, sobre todo si la persona mantiene los pulgares hacia arriba. Por el contrario, un cruce parcial de brazos (sujetar un brazo con la mano del otro) o tener las manos unidas, manifiestan barreras sociales ante una falta de confianza y seguridad en uno mismo.

- Sostener un objeto, como un bolso o mochila, sobre las manos denota el deseo de protección, en mayor grado conforme se acerque al pecho.

Las piernas:

- Cruzar las piernas tiene un significado de protección y defensa, al igual que el cruce de brazos. También encontramos la variante de "cruce americano", la cual consiste en apoyar el tobillo de una pierna sobre la rodilla de la otra. Esta última posición refleja una actitud de seguridad, competencia e impone cierta distancia con el interlocutor. Si en alguna de estas dos posiciones el sujeto realiza un balanceo con alguno de los pies, puede ser indicativo de que la conversación esté aburriéndole o tenga impaciencia y nerviosismo.
- Colocar las piernas encima de la mesa denota un marcaje de territorio, dominación, superioridad o suma tranquilidad manifiesta.

La cabeza:
- La cabeza puede adoptar tres posiciones a las que llamamos básicas: en una de ellas tenemos la cabeza hacia arriba, llamada "directa", en la que el individuo muestra una actitud neutral con su interlocutor. De la misma manera, la cabeza inclinada hacia un lado puede ser indicativo de interés hacia aquello que escucha y, por último, si mantiene la cabeza hacia abajo es probable que esté adoptando una actitud negativa y de oposición.

- En cuanto a la expresión facial, "el rostro es el espejo del alma". De la cara emana tal cantidad de información que podríamos extraer prácticamente todas las sensaciones que el sujeto experimenta en su interior. Diferentes investigaciones convergen en que existen hasta 6 expresiones faciales que podemos considerar como principales: la de tristeza, desagrado, alegría, temor, asombro y enfado. Todas ellas pueden ser reconocidas en todo el mundo porque son respuestas inconscientes e innatas en el ser humano. Depende de la persona, en cualquier caso, que estas expresiones sean más o menos intensas. Muchas son las personas que han acudido a diversos trucos para "escapar" de la trampa que nos tiende nuestro propio cuerpo, en casos judiciales por ejemplo, no obstante está comprobado cómo si realizamos una grabación del rostro y la reproducimos posteriormente a "cámara lenta" pueden verse microgestos, también llamados microexpresiones que delatan sus emociones.
- La mirada forma parte de la expresión facial, pero cabe hacer especial mención a ella por la cantidad de información que puede transmitir en esa comunicación no verbal. Cuando conocemos de verdad a alguien, es relativamente fácil mirarlo/a y saber cuál es su estado de ánimo.

El espacio en la conversación:

En el proceso comunicativo, cada persona mantiene un espacio físico, y también perceptivo, en el que se desenvuelve. Jugar con estos espacios puede dar lugar a diversas situaciones:

- Mirar directamente a los ojos al mantener una conversación es natural y no menos importante. Durante la interacción, se debe mirar a los ojos entre un 60-75% del tiempo, ya que un exceso puede ser incómodo por interpretarse como una "invasión" del espacio, y en defecto puede entenderse como ocultamiento y deshonestidad.
- Asentir con la cabeza mientras nos hablan es símbolo de confianza y agrado, de estar totalmente inmersos en la información que cuenta el emisor. A su vez, éste se siente más cómodo en su explicación. Sin embargo, si la cara y el cuerpo se mantiene totalmente rígido, la posición muestra huída, confrontación o desinterés y hay un exceso o carencia del tiempo en el que se mira a los ojos, puede dar lugar a cierta incomodidad durante el proceso comunicativo.
- Hablar justo enfrente de nuestro interlocutor puede entenderse inconscientemente como una pérdida del espacio de este último. Por ello, las conversaciones que se toman poniéndonos al lado de la otra persona suelen ser menos "violentas". Resulta evidente que la personalidad de los individuos y el grado de confianza entre ellos será también determinante.
- Mantener los hombros rectos es símbolo de defender el espacio con seguridad, las convicciones en las que la persona cree fielmente. Por el contrario, aquellas personas que mantienen los hombros caídos al andar son más propensas a la sumisión e indecisión en sus creencias.
- Señalar con el cuerpo es de vital importancia para observar con quién se siente, o no, a gusto el sujeto que se encuentra inmerso en el diálogo. Generalmente, los pies suelen formar un ángulo en el cual incluyen a las personas con las que se encuentra más confortable. En cuanto a la dirección, denota mucha información si la rodilla, pie o cuerpo en general nos señala, porque ello será indicativo de comodidad e interés en la conversación.

Hay otros muchos datos que podemos obtener de la comunicación no verbal, como el carraspeo de garganta, la sudoración, timbre de voz e intensidad de la misma, tartamudeo, tensión en los músculos, posturas artificiales, contradicción entre las emociones corporales (ojos tristes y sonrisa en la boca), más un largo sinfín de aspectos que la kinésica trata de manera muy detallada. Muchos son los investigadores que han volcado sus años de estudio sobre lenguaje corporal en numerosos libros, pueden encontrarse muchos de ellos en google.

Documental en español titulado: "Los Secretos del Lenguaje Corporal"