Para conocer la gran relevancia que adquiere poner en marcha la llamada "economía verde", es preciso puntualizar los grandes riesgos que tendrá la humanidad en unas décadas si sigue con su actual modelo económico:
- Los expertos advierten que en 20 o 30 años es probable, de seguir a este ritmo, que sólo haya agua para satisfacer al 60% del mundo, debido al uso incorrecto de las reservas de agua dulce, sobreexplotación de acuíferos, su contaminación y el avance del cambio climático.
- El convertir los océanos y mares en un vertedero humano provoca la extinción de muchas especies marinas, ya sea por los agentes nocivos vertidos o la disminución de oxígeno disuelto en el mar a consecuencia de los mismos. A esto hay que sumarle la pesca desmesurada e indiscriminada de especies que están, en algunos casos, en riesgo de extinción. La calidad del pescado que comemos contendrá, cada vez en mayor proporción, partículas de metales pesados y otros contaminantes nocivos para la salud.
- La deforestación es un mal que aún no está controlado, ni mucho menos, en la actualidad. Una persona media necesita 130 metros cúbicos de oxígeno al año. Un árbol de una selva tropical puede emanar 275 metros cúbicos de oxígeno al año, pero en sitios áridos puede reducirse llegando incluso a menos de 10 metros cúbicos de oxígeno. Parece evidente que sin oxígeno la vida es imposible, por lo que las políticas sobre deforestación son perentorias para nivelar el desarrollo económico con la calidad medioambiental.
- El aumento de la pobreza será una constante que no parará de crecer con el actual modelo económico. Las consecuencias a corto plazo del cambio climático originarán escasez de agua, con la consecuente subida en el gasto e impuestos por potabilizar y consumir el agua; subida de impuestos sobre electricidad; más paro, debido a la escasez y agotamiento de los recursos y, por consiguiente, la quiebra de muchas empresas del sector de la manufactura o industrial; encarecimiento de productos básicos; recesiones constantes, entre otros.
- Las políticas en materia económica de los países emergentes deben cumplir con una sostenibilidad ecológica, de lo contrario el aumento de dióxido de carbono, así como otra serie de contaminantes industriales, unido al consiguiente avance del cambio climático, será imparable y llegaremos al punto de no retorno (en el cual el planeta no será capaz de "regenerarse").
- La paralización de las corrientes marinas provocará el descenso drástico de la temperatura en las regiones del norte y un ascenso en el ecuador. La adaptación del ser humano será sobre zonas de temperaturas extremas.
- Posibles escenarios de guerra por los recursos, guerra de clases, enfermedades, colapso sanitario, inmigración incontrolada, incomunicación, recesiones, paralización de los mercados, aumento de deudas públicas, así como un sinfín de consecuencias que investigadores y profesionales medioambientales han deducido en diversos estudios como el "Programa de Naciones Unidas para el MedioAmbiente" (2011) o "Hacia una economía verde" del programa PNUMA (2011). Para conocer de manera más detallada estos programa adjunto el link de la web.
¿Y qué aportará la Economía Verde?
Con sólo destinar un mínimo del 1% del PIB mundial a incrementar y mejorar la eficiencia energética y aumentar el uso de las energías renovables significaría nuevos puestos de trabajo. En datos, conocemos que en 2006 trabajaron 2,3 millones de personas sobre este sector en países que apuestan por las renovables como Alemania, Brasil, China, Estados Unidos y Japón. No sólo se obtiene energía limpia con una menor carga en dióxido de carbono que aquellas que utilizan combustibles fósiles, sino que se ha demostrado que actualmente contamos con la tecnología suficiente para que esta energía sea muy competitiva y pueda prescindirse de un modelo energético antiguo y cada vez más ineficaz. Además, sólo en Brasil, China y Estados Unidos, el reciclaje dio trabajo a 12 millones de personas.
El sector energético, por sí solo, es responsable de dos tercios de las emisiones de gases efecto invernadero que se lanzan a la atmósfera todos los años. En las ciudades se concentra el mayor número de este tipo de gases, llegando a ser el 75% del total mundial. En esta tesitura, se ha demostrado que promover ciudades verdes aumenta la eficiencia y la productividad. Un ahorro en este sector provocaría que las familias tuvieran menos impuestos, más riqueza y que, por ende, se activara más el comercio.
La Economía Verde apuesta por un consumo eléctrico bajo en emisiones, lo que ahorraría en políticas para cumplir los protocolos firmados en la materia. Del mismo modo, ahorraría en gasto de electricidad a las familias, crearía puestos de trabajo, disminuiría la brecha entre ricos y pobres y abogaría por la concienciación y la lucha contra la pobreza en países tercermundistas, lo cual haría bajar en presupuesto de seguridad de fronteras para controlar la inmigración ilegal. En cuanto a los recursos, la correcta utilización de los mismos y la apuesta por cambiar el modelo generarían un aumento de trabajo, más que contrastado en países que ya pusieron en práctica algunas de las políticas ecológicas anteriormente comentadas.
Es vital, por tanto, empezar a apostar por este tipo de modelo económico, sin caer en las mentiras de los que quieren aprovecharse de esta "moda" para hacer negocio. Vivir o morir. El ser humano puede evitar que la contaminación de las aguas le haga tener sed, que con la tala de árboles le falte respirar, que con la extinción de animales tenga hambre, que puedan crearse guerras, más pobreza, enfermedades, epidemias, agentes atmosféricos incontrolados por la actuación del cambio climático, y un largo etcétera.
Actualmente el modelo de Economía Verde está abriéndose paso en la política de muchos países, cada vez con más fuerza, llegándose a crear en algunos países partidos políticos donde la economía y el medio ambiente es el eje vertebrador de su actuación. Un ejemplo de estos partidos son el Partido Verde Europeo o EQUO, entre otros.
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