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miércoles, 24 de septiembre de 2014

Acuerdo importante y "a escondidas" entre la UE y EEUU: Tratado Trasatlántico de Comercio e Inversión (TTIP)

tratado trasatlántico de comercio e inversión
El panorama mundial actual presenta inquietudes para dos gigantes económicos como Estados Unidos y la Unión Europea. El avance y la proyección económica futura de países asiáticos como China y la India, la probable irrupción del continente africano y los países emergentes de latinoamérica, dejan entrever una economía global más competitiva y difícil, donde los tratados de libre comercio se postulan como una partida de ajedrez, en la que el dominio de los mercados es el fin de potencias mundiales que no quieren desprenderse de su influencia económica mundial.

De esta forma, y bajo negociaciones secretas, EEUU y la UE quieren acordar para 2015 el Tratado Trasatlántico de Comercio e Inversión (TTIC o ATCI). Este secretismo no lo desmiente, ni mucho menos, la Comisión Europea, quien asegura que en este tipo de acuerdos lo mejor es tener un "cierto grado" de confidencialidad, para que las negociaciones que se realicen tengan el éxito esperado. Del mismo modo, promete informar a sus Estados Miembros una vez que los acuerdos vayan pactándose. En este sentido, la ciudadanía y los gobiernos de los distintos países serán meros observadores de su futuro.

A pesar de la fuerte crisis que azota a la Unión Europa, supone ésta un conjunto de países con la economía mundial más grande del mundo, en tanto que los ingresos per cápita medios, contando los 500 millones de ciudadanos europeos, ronda los 25.000 euros. La unión con Estados Unidos podría ser un salvavidas, a priori, de la difícil situación que vive el continente.


¿Qué cuenta este tratado?

Según los estudios anexos a este pacto de libre mercado, la Unión Europea obtendría casi 120.000 millones de euros por año, mientras que Estados Unidos rondaría los 100.000 millones. En su web de información (ec.europa.eu), aseguran que, redistribuyendo ese dinero entre los ciudadanos europeos, se obtendrían alrededor de 550 euros por familia.

En cuanto a la liberación de aranceles y la apertura a las transacciones comerciales libres entre ambos, afirman que la reducción en el coste burocrático permitirá ahorrar millones de euros. También se muestran contrarios a cambiar políticas de protección al consumidor, por lo que aseguran que, aunque el comercio se facilite, no habrá un descontrol en la calidad de los productos estadounidenses de toda índole que entren.

La unión, en definitiva, de EEUU y la UE, permitiría cubrirse las espaldas mutuamente ante las nuevas potencias mundiales que crecen de forma vertiginosa y amenazan con desbancar de la "partida" a las dos uniones más importantes e influyentes de la historia capitalista.

¿Por qué existen voces en contra de este tratado?

tratado trasatlántico de comercio e inversión EEUU y UE
No es oro todo lo que reluce. Los posibles pactos de privatización de servicios públicos con este acuerdo, están colmando las crecientes protestas de ciudadanos europeos que se manifiestan en contra del TTIP. Las multinacionales petroleras que siempre han deseado explotar de forma libre, podrían frotarse las manos con el suculento negocio existente en el Ártico. Se estima que aún hay un 70% de crudo no descubierto. Ni que decir tiene que, en el caso de realizarse estas extracciones, se aceleraría el cambio climático del que poco, o nada, se ha tenido en cuenta cuando hubo dinero de por medio. No obstante, y en tono tranquilizador, la Comisión Europea garantiza que las políticas medioambientales y los compromisos con las tasas de CO2 serán controlados y el aumento de este último será muy limitado. Sin embargo, acepta que los efectos colaterales negativos derivados de este tratado aumentarán los residuos, afectarán a la biodiversidad y a una mayor explotación de recursos naturales. En este tema, y justificando lo anterior, manifiesta que a cambio habrá beneficios en el comercio de servicios y bienes medioambientales, aspecto que no deja nada claro, mina de dudas el compromiso ecológico mundial e indigna a los ciudadanos y asociaciones medioambientales.
La tensión de la Unión Europea con Rusia supone un elemento añadido en la búsqueda de gas, donde Estados Unidos se perfila como nuevo distribuidor.

En lo referente a la agricultura, EEUU tiene una extensión 13 veces mayor en sus granjas que la UE, por lo que la competencia de agricultores europeos sería tan elevada que, expertos en la materia aseguran, sería una ruina para el sector.

Otro tratado similar, y no menos polémico, es el llamado CETA (Acuerdo Económico y Comercial Global), entre Canadá y la Unión europea.

¿Cuándo sabremos el contenido del Tratado Trasatlántico de Comercio e Inversión? ¿Es válido pactar en secreto este tipo de acuerdos en democracia?

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